El amor ha sido a lo largo de la historia de la literatura un argumento central alrededor del cual se han desarrollado toda una serie de
mitos que se convierten en experiencias. Teniendo en cuenta este
argumento, querría centrarme en cómo se
establecen las relaciones de pareja basadas
en un marco social que ha llevado a transformar estos en leyes, valores y
normas, al parecer casi inmutables, originando el concepto actual de lo que
llamamos amor. Este sentimiento tan complejo, que podría antojarse como un
choque campal, se encuentra resuelto a través de unos valores que suenan
sencillos, pero implican una serie de armisticios complejos en los que
deberíamos pararnos a reflexionar. La relación de pareja se plasma en algunos
conceptos como la fidelidad o el proyecto de futuro, que darán lugar como
resultado final a un compromiso, derivando a su vez en una serie de actitudes estereotipadas
a la hora de pensar y sentir el amor.
Estas actitudes que creemos
poseer como reflejo de valores propios,
están cargadas por el peso de la sociedad y han ido delimitando la forma sobre cómo
se debe sentir el amor. Por ejemplo, el hecho de que un valor importante para
la pareja sea la fidelidad, está basado en la monogamia que se plasma en el matrimonio.
Primeramente, eliges a una persona de la cual te enamoras, crees que debes
sentir amor tan solo por esa persona y se da paso al concepto de exclusividad entre
dos individuos. Al inicio de la relación, la exclusividad queda reforzada, ya
que se produce una fascinación desmedida donde te focalizas en el otro a través
de una fantasía idealizada creada por ti mismo. No obstante, esta fantasía
ideal proyectada en el otro busca reafirmarse en la relación, por lo que
conforme avanza la pareja, se irán colocando pruebas para transformar la fantasía en realidad, a su vez basada en una suerte
de juego de cartas que marcará el destino de la pareja y delimitará su futuro.
Así pues, llegamos a la consolidación de las relaciones a través de una
perspectiva de futuro que, si se siente amenazada, perderá el sentido.
El hecho de plantear un
futuro nos lleva a pactar objetivos comunes y un proyecto de vida compartido en
la exclusividad, que culminará con el matrimonio, siendo este el máximo
exponente del compromiso, llevando consigo una serie de tributos como
responsabilidad, unión, permanencia, duración y dedicación hacia la otra persona.
Estos hechos darán paso a otras formas de vivir el amor basadas en el
conocimiento del otro, confianza, complicidad, amistad, convivencia y
comprensión, más que en la pasión inicial, creando una base sólida en la
pareja, pero que a su vez, irán dando paso a una desidia monótona, programada y
falta de emoción que conllevará cierta sensación de atadura. Es posible que en
la pareja quede una forma de amor al igual que los conceptos que la han vuelto
duradera, pero es prácticamente imposible concebir un amor único a lo largo de
la vida, pues somos como nodos conectados en constante interacción, y el
surgimiento de un nuevo amor o fantasía se puede producir en ciertas ocasiones.
A mi entender, podría ser
posible otro tipo de concepción de la pareja si fuésemos capaces de disipar la
exclusividad y el afán de futuro a través del presente, ya que viviríamos
momentos únicos con personas exclusivas en momentos concretos. Además, explorar
otros caminos parece natural visto desde una perspectiva donde las personas nos
acostumbramos a todo aquello que creemos tener. Cuando caes en esta cuenta
final, se plantean dos cuestiones: seguir perpetuando relaciones de pareja
enmarcadas en la norma social con ideales que en ocasiones podrían antojarse
patológicos, o bucear por otros caminos que puedan considerarse de elección
libre, aunque no dejen de estar determinados dentro de un marco social. Para
este tipo de reflexiones no podemos saber cuál sería el destino de estas
decisiones, al estar inmersos en sociedad. No obstante, no deberíamos dejar que
nadie nos limitara sobre cómo sentir o tener amor. Como
dijo La
Rochefoucauld, “hay personas que nunca se habrían enamorado si no hubieran
oído hablar nunca del amor".
http://reverdeixlaranagustavo.blogspot.com.ar/2008/09/con-el-veneno-de-la-pasin-en-la-sangre.html
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