domingo, 9 de marzo de 2014

Locura de amor


El amor ha sido a lo largo de la historia de la literatura un argumento central alrededor del cual se  han desarrollado toda una serie de mitos que se convierten en experiencias. Teniendo en cuenta este argumento,  querría centrarme en cómo se establecen las relaciones de pareja basadas en un marco social que ha llevado a transformar estos en leyes, valores y normas, al parecer casi inmutables, originando el concepto actual de lo que llamamos amor. Este sentimiento tan complejo, que podría antojarse como un choque campal, se encuentra resuelto a través de unos valores que suenan sencillos, pero implican una serie de armisticios complejos en los que deberíamos pararnos a reflexionar. La relación de pareja se plasma en algunos conceptos como la fidelidad o el proyecto de futuro, que darán lugar como resultado final a un compromiso, derivando a su vez en una serie de actitudes estereotipadas a la hora de pensar y sentir el amor.

Estas actitudes que creemos poseer como reflejo de  valores propios, están cargadas por el peso de la sociedad y han ido delimitando la forma sobre cómo se debe sentir el amor. Por ejemplo, el hecho de que un valor importante para la pareja sea la fidelidad, está basado en la monogamia que se plasma en el matrimonio. Primeramente, eliges a una persona de la cual te enamoras, crees que debes sentir amor tan solo por esa persona y se da paso al concepto de exclusividad entre dos individuos. Al inicio de la relación, la exclusividad queda reforzada, ya que se produce una fascinación desmedida donde te focalizas en el otro a través de una fantasía idealizada creada por ti mismo. No obstante, esta fantasía ideal proyectada en el otro busca reafirmarse en la relación, por lo que conforme avanza la pareja, se irán colocando pruebas para transformar la  fantasía en realidad, a su vez basada en una suerte de juego de cartas que marcará el destino de la pareja y delimitará su futuro. Así pues, llegamos a la consolidación de las relaciones a través de una perspectiva de futuro que, si se siente amenazada, perderá el sentido.

El hecho de plantear un futuro nos lleva a pactar objetivos comunes y un proyecto de vida compartido en la exclusividad, que culminará con el matrimonio, siendo este el máximo exponente del compromiso, llevando consigo una serie de tributos como responsabilidad, unión, permanencia, duración y dedicación hacia la otra persona. Estos hechos darán paso a otras formas de vivir el amor basadas en el conocimiento del otro, confianza, complicidad, amistad, convivencia y comprensión, más que en la pasión inicial, creando una base sólida en la pareja, pero que a su vez, irán dando paso a una desidia monótona, programada y falta de emoción que conllevará cierta sensación de atadura. Es posible que en la pareja quede una forma de amor al igual que los conceptos que la han vuelto duradera, pero es prácticamente imposible concebir un amor único a lo largo de la vida, pues somos como nodos conectados en constante interacción, y el surgimiento de un nuevo amor o fantasía se puede producir en ciertas ocasiones.

A mi entender, podría ser posible otro tipo de concepción de la pareja si fuésemos capaces de disipar la exclusividad y el afán de futuro a través del presente, ya que viviríamos momentos únicos con personas exclusivas en momentos concretos. Además, explorar otros caminos parece natural visto desde una perspectiva donde las personas nos acostumbramos a todo aquello que creemos tener. Cuando caes en esta cuenta final, se plantean dos cuestiones: seguir perpetuando relaciones de pareja enmarcadas en la norma social con ideales que en ocasiones podrían antojarse patológicos, o bucear por otros caminos que puedan considerarse de elección libre, aunque no dejen de estar determinados dentro de un marco social. Para este tipo de reflexiones no podemos saber cuál sería el destino de estas decisiones, al estar inmersos en sociedad. No obstante, no deberíamos dejar que nadie nos limitara sobre cómo sentir o tener amor. Como dijo La Rochefoucauld, “hay personas que nunca se habrían enamorado si no hubieran oído hablar nunca del amor".



1 comentario:

  1. http://reverdeixlaranagustavo.blogspot.com.ar/2008/09/con-el-veneno-de-la-pasin-en-la-sangre.html

    ResponderEliminar